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La reciprocidad en marketing
Economía Conductual
El Poder de Dar Primero: Cómo usar el Principio de Reciprocidad en Marketing
Hay una ley no escrita en la mente humana que guía muchas de nuestras decisiones: “Si tú me das algo, siento la necesidad de devolvértelo”. Esa es la esencia del principio de reciprocidad en marketing. Cuando sabes cómo aplicarlo, transforma por completo la forma en que conectas con tus clientes y multiplicas tus conversiones.
La gente tiende a devolver el favor, si lo haces tú primero. No importa si es un regalo físico, una acción generosa o simplemente una muestra de aprecio sincero: el acto de dar inicia un ciclo de compromiso emocional que difícilmente se rompe.
¿Qué es la reciprocidad en marketing?
La reciprocidad es un principio psicológico que se activa cuando alguien percibe que ha recibido algo valioso. En marketing, lo usamos para crear una sensación de deuda emocional positiva, que aumenta significativamente la probabilidad de que el cliente compre, se suscriba o colabore.
No tienes que dar nada real. Es suficiente que la gente sienta que ha recibido algo. Esa sensación puede venir de una muestra gratuita, un consejo útil, un correo con contenido exclusivo o incluso una sonrisa genuina.
¿Por qué funciona tan bien la reciprocidad?
Porque apela directamente a nuestro instinto social más antiguo, la pertenencia al grupo y la idea de no parecer ingrato. Desde niños, en todas las culturas, se nos enseña a devolver los favores. Por eso, cuando alguien da primero, sentimos que debemos corresponder.
Hay estudios que muestran cómo un simple “gracias por venir” al entrar en una tienda puede aumentar las ventas. ¿La razón? Un comentario cálido y amistoso activa la obligación interna de corresponder.
Si damos una muestra gratis o un pequeño descuento en la primera compra es muy probable que el cliente nos de sus datos para poder crear un registro con un lead muy cualificado y así alimentar nuestra base de datos para realizar campañas de email marketing. Con esto podemos seguir vendiendo incluso con la tienda cerrada.
La reciprocidad es tan fuerte que a menudo decimos «sí» a una solicitud después de que alguien nos ha ayudado, solo para no sentir el sentimiento de culpa que proviene de negarse a ayudar.
Da antes de pedir, el orden es importante.
Una de las claves del principio de reciprocidad es el orden. Primero das. Luego pides. Siempre hay que seguir estos pasos.
No es lo mismo decir “Si compras, tienes un 10% de descuento” que decir “Por ser cliente te damos un 10% de descuento”. En el primer caso parece una condición. En el segundo, es un regalo.
En un hotel para reutilizar las toallas decían:
«Hacemos nuestra parte por el medio ambiente. ¿Contamos contigo? Estamos comprometidos con el medio ambiente, hemos hecho una donación para la protección del medio ambiente en nombre del hotel y sus huéspedes…»
Ese mensaje es sutil porque daban primero, y luego pedían cooperación para reutilizar las toallas. Al dar primero activaba el compromiso de los clientes.
La reciprocidad sirve como una forma de contrarrestar las sospechas y miedos y desarrollar relaciones de confianza
Hazlo inesperado, personal y valioso
Para que la reciprocidad tenga más impacto, lo que des debe ser inesperado, personal y valioso.
¿Te has fijado alguna vez que el camarero te deja un caramelito con la cuenta? Es un gesto mínimo. Pero si vuelve, se da la vuelta y te deja otro más, como por sorpresa, las propinas se disparan. No por el valor del caramelo, sino por el gesto inesperado y la sensación de que hizo algo solo para ti..
La reciprocidad no tiene que ser cara. De hecho, puede ser contraproducente si das algo demasiado bueno. Si es muy costoso, la gente puede sentir que estás intentando sobornarlos, y eso genera rechazo y una *disonancia cognitiva. Lo mejor es algo pequeño pero útil.
*La disonancia cognitiva es la incomodidad mental que uno tiene cuando sus acciones no se alinean con sus creencias.
No necesitas nada tangible
En muchas ocasiones, lo emocional es más poderoso que lo material.
Una campaña por SMS para recaudar fondos contra el cáncer funcionó mucho mejor cuando el mensaje decía:
«Si algún día nos necesitas, te ayudaremos. Tú puedes ayudar hoy enviando un SMS donando 2€.»
Ese mensaje no ofrecía nada material. Solo un sentimiento de apoyo y de pertenecia al grupo. Y aun así, fue mucho más efectivo. ¿Por qué? Porque hacían sentir que ya te habían dado algo, que te ayudarán si los necesitas, antes de pedirte nada.
Otro ejemplo, durante una entrevista de trabajo, el entrevistador comenzó hablando de su historia personal en la empresa. Eso hizo que el entrevistado se sintiera más relajado y en confianza y se abriera mucho más. Esta es la reciprocidad emocional en acción. Das confianza y la recibes a cambio.
Cómo aplicar la reciprocidad en tu estrategia de marketing
5 preguntas que te ayudarán a pensar sobre cómo usar reciprocidad:
- ¿Qué puedo dar primero?
- ¿Cómo puedo mostrar y resaltar lo que le he dado al cliente?
- ¿Cómo puedo hacerlo más personal, inesperado y valioso?
- ¿Cómo puedo hacer que el cliente sienta que hice algo por él?
Por ejemplo:
- En ventas, ofrece una guía gratuita personalizada antes de hablar de precios.
- En redes sociales, comparte recursos útiles sin pedir nada a cambio.
Piensa fuera de la caja. La reciprocidad no solo funciona con cosas que tienen un valor objetivo. La gente responde a cosas, acciones, sentimientos o incluso una sonrisa.
Reciprocidad como arma de confianza
Uno de los mayores beneficios de usar bien la reciprocidad es que disminuye la sospecha y genera confianza. En un mundo donde la gente está saturada de anuncios y promesas, un gesto genuino puede marcar la diferencia.
Recuerda: la reciprocidad sirve como una forma de contrarrestar los miedos y desarrollar relaciones auténticas. Cuando das sin esperar nada a cambio, generas un vínculo real que se traduce en lealtad y ventas.
La magia está en dar primero
El principio de reciprocidad es una de las herramientas más poderosas y subestimadas en marketing. No necesitas de grandes presupuestos, ni regalos costosos. Solo necesitas entender cómo funciona el comportamiento humano.
Hazlo personal, inesperado y valioso. Da antes de pedir. Di lo que has hecho y luego ellos te comprarán.
Y lo más importante, tiene que ser verdadero, real.
Porque cuando logras que la otra persona se sienta agradecida, ya has ganado medio camino hacia el “sí en la compra”.
| © Ignacio Ros |